Mentalidad fija
“He visto a demasiadas personas cuyo único objetivo es la autoafirmación: en las aulas, en sus profesores y en sus relaciones. Ven cada situación como una oportunidad para confirmar su inteligencia, su personalidad o su carácter. Viven en una evaluación continua: «¿Lo lograré, o fracasaré?», «¿pareceré listo, o tonto?», «¿Me aceptarán, o me rechazarán?», «¿Me sentiré como un triunfador, o como un fracasado?».
Mentalidad de crecimiento
“La mentalidad de crecimiento se basa en la creencia de que tus cualidades básicas son algo que puedes cultivar por medio del esfuerzo. Aunque seamos diferentes en todos los aspectos –talento, aptitudes, intereses, temperamento-, todo el mundo puede cambiar y crecer por medio de la dedicación y la experiencia.”
La mentalidad de crecimiento reconoce que el potencial de cada persona es desconocido y que resulta imposible predecir lo que puede conseguir a través de la pasión, esfuerzo y práctica. Sin embargo, aquellos con este tipo de mentalidad toman una actitud positiva hacia el reto y el esfuerzo, convierten los contratiempos de la vida en éxitos futuros.
Mientras aquel con mentalidad de crecimiento se crece ante las dificultades, desea aprender continuamente, se abre a nuevos escenarios y disfruta los desafíos, aquel con mentalidad fija se crece cuando los objetivos están al alcance de la mano, cuando sabe que es capaz de lograr algo, se limita a lo que conoce, evita el fracaso y, cuando las cosas se ponen difíciles, las evade y pierde el interés.
La buena noticia es que es posible cambiar de mentalidad, pasar de la fija a la de crecimiento. Es posible cultivarlas y elegirlas. Las mentalidades no son solo creencias, están en tu mente y tienes el poder de cambiarlas.
Cómo cultivar una mentalidad de crecimiento
Acepta el fracaso como una forma de avanzar: muchas personas suelen dudar de sí mismas, de sus capacidades y habilidades ante una derrota. Lo verdaderamente importante es asumir riesgos, enfrentarse a los retos y trabajar en ellos.
Siempre esfuérzate: las personas con mentalidad fija ven el esfuerzo como algo innecesario. Si quieres alcanzar una mentalidad de crecimiento, debes ser consciente de que el esfuerzo es el camino de la maestría.
Cuida la forma en la que hablas: es común que de manera inconsciente nos pongamos barreras o límites. Cuando pensamos que algo es muy difícil y que no podremos lograrlo, mentalmente nos estamos incapacitando para llevar a cabo la tarea sin siquiera iniciarla. Disfruta el reto y alimenta tu motivación con pensamientos y palabras positivas. Recuerda, el éxito se basa en aprender, no en demostrar.
Abraza las críticas: cuando alguien te hace una crítica negativa, ¿qué haces? ¿Te pones a la defensiva y tratas de demostrar tu punto o aceptas los comentarios como método de retroalimentación? No olvides que las críticas son oportunidades de mejora.
Celebra el éxito del otro: no te sientas intimidado por los demás, encuentra en el éxito ajeno inspiración para tu también alcanzar tus propósitos.
El aprendizaje como camino
Ya que has llegado hasta este punto, te invitamos a preguntarte y reflexionar sobre, ¿cuál crees que es la mentalidad del éxito? ¿Qué tipo de mentalidad te gustaría que tuviese tu equipo de trabajo? Y ¿cómo piensas encaminar tu empresa y tus trabajadores hacia el lugar donde quieres que estén?
El sociólogo Benjamin Barger dijo alguna vez: “Yo no divido el mundo entre los débiles y fuertes, ni entre éxitos y fracasos... Yo divido el mundo entre los que aprenden y los que no”.
Desde el nacimiento, el aprendizaje se vuelve un concepto intrínseco para el humano. Aprender a caminar, a comer y hablar son solo los primeros pasos de la ruta de aprendizaje que significa la vida misma.
El problema yace cuando nos volvemos temerosos ante desafíos, cuando le tememos al fracaso y preferimos no intentarlo. La única forma de aprender a caminar es cayendo. Las personas con mentalidad fija quieren asegurar el éxito haciendo lo mismo, aquellos de mentalidad de crecimiento quieren superarse a sí mismos y ser más inteligentes, pero saben que esto exige tiempo, esfuerzo y, probablemente, caídas.
El aprendizaje es entonces el camino hacia una mentalidad de crecimiento, donde la inteligencia puede ser sustancialmente modificada.
Actualmente, la alta competitividad en el mercado mundial obliga a las organizaciones a buscar la manera de diferenciarse a través de la innovación y el trabajo en equipo. Es por eso que brindar las herramientas para el crecimiento personal y profesional de los trabajadores es fundamental en el camino hacia la consolidación y expansión de una empresa.
Cuando las empresas adoptan la mentalidad de crecimiento, los trabajadores se sienten más motivados y comprometidos con la organización, mejorando su eficiencia, productividad y satisfacción.
Carol S. Dweck descubrió dos caminos, dos posibilidades en dos mentalidades, la fija y la de crecimiento, “pero solo la segunda conduce a un éxito verdadero en todos los órdenes de la vida.”
Educación para la Vida Comfama
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