Es un error común creer que cuando alcanzamos aquellos propósitos que tanto anhelamos, tendremos asegurada una vida plena. El verdadero reto está en alcanzar un equilibrio donde el trabajo no invada la vida personal ni la vida personal invada el trabajo.
De acuerdo con la publicación Ambientes de Trabajo Saludables: un modelo para la acción de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la falta de apoyo al logro de un adecuado equilibrio entre la vida laboral y la vida privada” es un riesgo psicosocial común en el entorno empresarial, que puede provocar estrés emocional o mental al trabajador. Algunas acciones que pueden ayudar a reducir las repercusiones son el apoyo por parte de los supervisores, la flexibilidad en la ubicación del trabajo y el tiempo asignado para ejecutarlo además de promover una comunicación oportuna, abierta y sincera.
Sindy Gil Alvarado, socia de talento humano y gestión laboral en Comfama, asegura que ni siquiera es acertado o recomendable buscar “un equilibrio”, porque, según ella, sería otorgar la mitad de nuestro tiempo al trabajo, cuando realmente debería ocupar un espacio menor en nuestras agendas. Según Sindy, si bien es importante dedicar un tiempo prudente al trabajo, no debe sobrepasar ni interferir con nuestras actividades personales como el deporte, el tiempo en familia, el estudio, el tiempo con la tribu, etc.
“Tener el inicio y el fin de un día laboral es supremamente importante por salud mental, por salud emocional, por poder hacer otras cosas adicionales y porque el trabajo no sea lo único a lo que dediquemos tiempo. Yo creo que nuestra capacidad mental también se acorta o se disminuye cuando me dedico a una sola cosa, por eso es importante separar estos espacios”, concluye Sindy.
Consejos para encontrar un sano balance
¿Se te dificulta separar el tiempo laboral de tu vida privada? ¡No te preocupes! Es más común de lo que imaginas, sin embargo, es importante tomar acciones inmediatas para prevenir que influya en tu salud, vida privada y relación con el entorno.
Cumple con un horario laboral prudente: si bien lo ideal sería acatar el horario previamente establecido, en muchas ocasiones es difícil acomodarnos a él por tareas pendientes y otras responsabilidades, por eso es bueno ser flexible con tu horario. Es probable que, en ocasiones, debas salir antes o quedarte más tiempo del indicado en la oficina, para ello te recomendamos llegar a un acuerdo para encontrar un balance justo en dichas ocasiones.
Distribuye bien el tiempo: administrar de forma adecuada tu tiempo te ayudará a ser más productivo en el trabajo y a disfrutar al máximo tu tiempo de ocio. Organiza y prioriza las tareas pendientes, planea las actividades que tienes tanto dentro como por fuera del trabajo, evita hacer muchas cosas al tiempo y ponte metas alcanzables.
Desconéctate: el celular y el computador han facilitado, en gran medida, la comunicación con el trabajo, más aún para quienes están laborando desde casa. Es importante que una vez hayas terminado tu jornada laboral, te desconectes y disfrutes tu tiempo personal. A no ser que sea una emergencia, evita llamar, enviar y contestar mensajes relacionados con temas laborales por fuera del horario.
Aprende a decir no: en muchas ocasiones nos sobrecargamos con muchas responsabilidades y programamos varias cosas al tiempo. Es esencial que seamos conscientes del tiempo que tenemos disponible y de nuestros otros compromisos. No temas alzar la mano cuando sientes que no puedes ocuparte de algo, llega a un acuerdo para organizar, programar y, si es necesario, delegar algunas tareas pendientes.
Dedica tiempo a tu bienestar: ¿qué es lo que más disfrutas hacer? Ejercitarte, pasar tiempo con tu familia y amigos, practicar algún deporte, meditar, cocinar, bailar o tocar un instrumento. Para alcanzar un bienestar integral es vital dedicarte tiempo, disfrutando de aquellas actividades que más te apasionan.
Busca ayuda cuando sea necesario: si sientes que las cosas se están saliendo de control y que no encuentras la manera de afrontarlas, no tengas miedo de pedir ayuda. Un acompañamiento psicológico nos ayuda a enfrentar situaciones estresantes, a encontrar soluciones y a gestionar mejor nuestras emociones. Así como cuidamos nuestro físico, debemos prestar atención a nuestra salud mental.
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